Industria aeroespacial en México: entre la tendencia y la oportunidad

De acuerdo con Carlos Robles, presidente de la Federación Mexicana de la Industria Aeroespacial (FEMIA), en México se mantienen en sintonía las tendencias y las oportunidades para este sector.

“Hoy tenemos una oportunidad que quizá no habíamos visto en el pasado. Si habíamos visto una tendencia de necesitar proveeduría nacional y exportar y tener como principal socio comercial en el sector a Estados Unidos, pero el tema del nearshoring ha puesto un foco más grande en estas tendencias”, indicó Robles.

El directivo detalla que en el sector aeroespacial los componentes vienen de todas partes del mundo, por lo que la pandemia, los costos logísticos aumentados, la complejidad logística, así como la disrupción de las cadenas de proveeduría, fueron aspectos que indicaron la necesidad de tener más control de la cadena de proveeduría.

“Eso significa regionalizarlo, significa tener más componentes en México, en Norteamérica en general, pero de los tres países (México, Canadá y Estados Unidos), México tiene la mayor capacidad de mano de obra”, explicó el directivo.

Agregó que el costo de la manufactura en México añade mucho valor y que es una parte fundamental para la llegada de nuevos contratos y procesos al país.

“Tenemos la gran oportunidad de subirnos a la cadena de producción que busca nuevos recursos en Norteamérica. Entonces, esta es nuestra gran oportunidad”, indicó Robles.

El directivo detalló que México tiene capacidad en manufactura, en ensamble, en materiales compuestos y en tratamientos químicos superficiales.

“Y dentro de la manufactura tenemos procesos muy variados, desde maquinados, laminados y aleaciones especiales, hasta trabajo con metales y, obviamente, con el aluminio tradicional en el sector aeroespacial. Ahí hay una gran oportunidad”, puntualizó.

Carlos Robles indicó que la “tormenta perfecta” para la industria aeroespacial es el nearshoring combinado con las capacidades que ya tiene el país.

“Es algo en lo que trabajamos, tenemos estrategias, eventos enfocados en el desarrollo de proveedores, en atraer más empresas a México y también en el desarrollo del talento humano para cubrir necesidades específicas”, comentó Robles.

México y la actividad regional de la industria aeroespacial

Carlos Robles refiere que se vislumbra un crecimiento de al menos 16 % para la industria aeroespacial en los próximos años.

“Vemos un regreso a los niveles arriba de 9,500 millones de dólares previos a la pandemia, lo que exportamos en 2019. Vemos que podríamos llegar, incluso, a la frontera psicológica de los 10,000 millones de dólares”, indicó.

En este sentido, en el último año se dieron diversas inversiones y actividades clave para la industria aeroespacial en México.

Safran SAESA invirtió 1,440 millones de pesos para la extensión de su taller de reparaciones de motores de avión en Querétaro. La empresa ofrecerá, además de reparación, servicios de mantenimiento y revisión de motores aeronáuticos.

“En este espacio se instalará el nuevo centro de entrenamiento para capacitaciones teóricas y prácticas en el manejo de motores, así como el diseño de un espacio para el manejo de flujos de herramientas que permitirá que las operaciones de ensamble se hagan en tiempo”, dijo Pierre Buhot-Launay, gerente general de Safran.

Por su parte, la empresa Commercial and Aerospace Supply de México (CASM) operará como una filial propiedad de Birmingham Fastener, con el apoyo (incluido el suministro de inventario) de Alabama Aerospace, la rama aeroespacial y de defensa de Birmingham Fastener.

CASM suministrará piezas comerciales y aeroespaciales a los sectores de fabricación, construcción y mantenimiento, reparación y operaciones (MRO) en México.

“Estamos muy emocionados de que México sea nuestra primera sede fuera de Estados Unidos. El entorno empresarial y de crecimiento en México lo hace el lugar perfecto para instalarnos”, afirmó Brad Tinney, presidente y director ejecutivo de Birmingham Fastener.

Con una inversión de 13.8 millones de dólares, inició operaciones en Chihuahua la nueva planta de Regal Rexnord. La empresa manufactura sistemas de propulsión industrial, motores eléctricos, rodamientos, engranajes, transportadores y productos de componentes de transmisión.

De acuerdo con Luis Carlos Ramírez, gerente de la planta Chihuahua de Regal Rexnord, estas nuevas instalaciones ofrecerán productos clave para la industria aeronáutica. Por su parte, Louis Pinkham, CEO de Regal Rexnord, dijo que en la planta crearán soluciones sostenibles en materia aeroespacial.

Por otra parte, las secretarías de Desarrollo Económico de Ciudad de México, Hidalgo y Estado de México firmaron un convenio de colaboración con Air Space Cluster para promover la inversión en el sector aeronáutico.

El objetivo es consolidar la industria aeroespacial y los servicios relacionados con su cadena de suministros en el Valle de México.

De acuerdo con la titular de la SEDECO del Estado de México, Laura González, el compromiso entre Ciudad de México, Hidalgo y la entidad que representa busca detonar el desarrollo económico de la región Centro y convertirla en punta de lanza para la inversión y la generación de empleos.

Durante su intervención, el secretario de Desarrollo Económico del Estado de Hidalgo, Carlos Henkel, resaltó el potencial de la zona Centro del país gracias a su geografía, tecnología, servicios y talento humano, así como la coordinación entre los gobiernos estatales de dicha región para desarrollar la industria aeroespacial nacional e internacional.

Por su parte, la directora general del AIR Space Cluster, Myrhge Spross Bárcenas hizo hincapié en la importancia de la cooperación entre las tres entidades para aumentar exponencialmente la competitividad de la región, al incluir diversos mercados y sectores como capacitación, manufactura especializada, desarrollo de tecnología y sustentabilidad.

Finalmente, en Guanajuato se inició la venta oficial del Halcón II, avión 100 % mexicano fabricado en la entidad. Cabe señalar que en febrero pasado el Halcón II recibió la certificación para comenzar su comercialización.

Talento humano y desarrollo de la industria aeroespacial en México

De acuerdo con Goretti Ramírez, de la Universidad Aeronáutica de Querétaro, la industria aeroespacial es una de las fuentes más importantes de innovación y progreso tecnológico en la economía debido a la versatilidad de su mercado, que incluye productos y servicios repartidos en los sectores comercial, industrial y militar.

“Entre los principales mercados de la industria aeroespacial se van a encontrar países del primer mundo como Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Singapur, Irlanda, China, Canadá, Japón y Rusia”, explicó.

En este sentido, hizo evidente la gran brecha que separa a México de estos países, que dominan el 98 % de la industria aeroespacial en el mundo.

“Esto se debe a que las empresas privadas llevan mucho tiempo involucradas en la industria”, explicó.

Sin embargo, la especialista dijo que la industria aeroespacial de México ha descubierto en el panorama global de manufactura enormes ventajas para el país: posición geográfica, numerosos tratados de libre comercio, un bono demográfico promisorio y una mano de obra altamente calificada.

Indicó que las empresas relacionadas con el sector aeroespacial en el país se dedican a la maquila, la reparación y construcción de motores, así como a la investigación e innovación, principalmente en los estados de Chihuahua y Querétaro.

“Es clave convertirnos en una industria especializada. Esa especialización nos abrirá la puerta para hacer un cambio de perspectiva. Seguramente las operaciones de manufactura se incrementarán en los próximos años y eso implica que vamos a necesitar servicios de manufactura y mantenimiento”, indicó Ramírez.

Por su parte, Jorge Gutiérrez, presidente del Consejo Mexicano de Educación Aeroespacial (COMEA), indicó que en los países en donde está adecuadamente establecida la industria aeronáutica y espacial se trabaja de la mano con las instituciones educativas y la industria, con el gobierno como facilitador.

De acuerdo con la Agenda Estratégica de las Instituciones de Educación Superior para los Sectores Aeronáutico y Espacial 2030, las necesidades de estos sectores serán en promedio 34 % más grandes que las capacidades que proyectan entregar las instituciones de educación superior en 2030.

“Este déficit se localiza principalmente en el nivel educativo de técnico superior universitario, en donde estas instituciones proyectan entregar en promedio un 400 % por debajo de lo requerido, lo que representa arriba de 7,000 profesionales promedio por año, que habrá que atraer de otras especialidades y capacitarlos”, detalla el documento.

Gutiérrez refirió que se tiene una gran necesidad de técnicos y operadores que, “en principio, puedan hacer un arnés eléctrico, un ensamble mecánico o manufacturar un componente, principalmente por estas técnicas de maquinados sustractivos”.

Por ello, el directivo resaltó la importancia de apuntalar las capacidades y competencias de la industria aeroespacial.

“En la industria aeroespacial, uno de los factores más importantes es la pertinencia para que los programas educativos desarrollen capacidades y competencias que den a los jóvenes la oportunidad de emplearse y de emprender”, detalla.

Cabe señalar que de acuerdo con la agenda estratégica, las regiones Centro y Noroeste de México cuentan con el mayor número de capacidades aeronáuticas de México en la manufactura, con fortalezas centradas en maquinados (convencionales y no convencionales) y en soldadura.

“En la región Centro, Querétaro es el estado que cuenta con mayor diversidad de capacidades, mientras que en la región Noroeste, Baja California Norte lidera la región y muestra que ha tenido un sólido desarrollo en la mayoría de las subindustrias. Algo relevante es la fortaleza que tiene Nuevo León, ubicado como el tercer estado con mayores capacidades en el ámbito nacional”, indica el documento.

Asimismo, refiere que la región Sur es número uno en el país en la subindustria del mantenimiento, mientras que la región Centro tiene el liderazgo en capacidades de ingeniería y diseño.

En cuanto a las vocaciones espaciales en México, la agenda señala que el país tiene una gran oportunidad de crecimiento en el campo espacial, que incluye la investigación y desarrollo de tecnologías y fuentes de energías sostenibles.

“Una gran parte de las capacidades que presenta México para el sector aeronáutico, tienen aplicación potencial al ámbito espacial (hablamos de las capacidades de las subindustrias de manufactura y mantenimiento); sin embargo, en ingeniería y diseño se encuentran fortalezas, principalmente para mecánica y estructuras, seguida de telecomunicaciones y desarrollos tecnológicos”, detalla el documento.

Añade que entre los estados, Ciudad de México y Querétaro encabezan la lista y muestran el mayor desarrollo (aún discreto), para la realización de ingeniería y desarrollo en aplicaciones espaciales.

La industria espacial en México

Carlos Robles señala que una megatendencia de la industria en este momento es el tema del espacio.

“Lo vemos con todos los lanzamientos que se han dado, con toda la idea de tener constelaciones completas de satélites en órbita baja, algo que no se había explorado en la magnitud y en el volumen que está sucediendo y de lo cual también ya empezamos a ser parte”, comentó Robles.

Dijo que en el sector espacial ya se tienen proveedores que participan de una manera importante, tanto en los lanzamientos de SpaceX, como en la manufactura y la integración de algunos componentes para satélites.

Por su parte, Salvador Landeros, director de la Agencia Espacial Mexicana, destacó la creciente importancia de la industria espacial a escala global y sus impactos en México.

“Actualmente, el sector espacial representa una economía global de 386,000 millones de dólares. De este monto, los satélites desempeñan un papel esencial con un valor estimado de 279,000 millones de dólares. La fabricación y el lanzamiento de satélites no solo impulsan el desarrollo tecnológico, sino que también tienen un impacto profundo en la infraestructura terrestre y los servicios relacionados”, indicó Landeros.

Explicó que este sector ha experimentado un crecimiento exponencial en comparación con años anteriores y dijo que se anticipa un crecimiento aún más significativo debido a los futuros viajes a la Luna, lo que proporcionará oportunidades cruciales para el desarrollo tecnológico, la creación de empresas y la generación de empleo en México.

“Las tecnologías espaciales no se limitan a la investigación espacial, sino que tienen aplicaciones en la resolución de problemas en la Tierra y la mejora de la calidad de vida de la población”, comentó.

El directivo subrayó la importancia de que México planifique y desarrolle sus propios satélites, especialmente en bandas de frecuencia como la banda K y la banda Cube, para evitar depender de satélites extranjeros.

“La incursión de México en el programa Artemis abrió grandes oportunidades para llevar a cabo proyectos que fortalezcan la industria, así como el desarrollo de nuevo conocimiento, con lo cual se espera un efecto multiplicador”, refirió Landeros.

En este sentido, el proyecto Colmena fue la primera misión lunar mexicana que formó parte de la nave Peregrine Lunar Lander, que llevaba instrumentos científicos de siete países.

El Proyecto Colmena fue la primera de tres misiones espaciales que realizará México antes de 2030 a la Luna, con el objetivo de construir y operar, en forma autónoma, grandes enjambres de microrrobots sobre las superficies expuestas al medio interplanetario y asteroides.

La Agencia Espacial Mexicana dice que este proyecto permitirá formar recursos humanos altamente calificados en el sector espacial, que servirán como atractivo para la implementación de empresas de alta tecnología en el país, que puedan detonar la generación del sector espacial y desarrollar empresas unicornio mexicanas.

Cabe señalar que la falla de una válvula en el sistema de propulsión de la nave Peregrine resultó en la imposibilidad de alunizar; sin embargo, Colmena fue encendida y operada en el espacio profundo, a una distancia equivalente a la órbita lunar, a más de 10 veces la órbita de los satélites geoestacionarios, para alcanzar así un éxito de 75 % en sus objetivos originales.