Una vida de innovación en el sector metalmecánico: Jesús Camarena

Continuando con la serie de entrevistas por el décimo aniversario de Modern Machine Shop México, Jesús Camarena, director de Tungaloy México, nos comparte su interesante trayectoria en el sector metalmecánico y su pasión por las herramientas de corte. Desde sus inicios en Nissan Mexicana hasta su papel fundamental en el establecimiento de Tungaloy en México, Camarena ofrece una perspectiva única sobre los desafíos y logros en la industria.

Eduardo Tovar: ¿Cómo entraste al sector metalmecánico? ¿En qué empresa iniciaste? Y ¿cómo empezaste aquí con Tungaloy?

Jesús Camarena: Te puedo decir que terminé mi carrera de ingeniero industrial mecánico en el Tecnológico de Aguascalientes. Fui pasante, no me titulé, y mi primer trabajo, cuando aún estudiaba, fue en 1983 en Nissan Mexicana, ahí empecé mi carrera. Duré alrededor de nueve años. Comencé en el área de calidad de partes externas y después fui promovido al área de herramientas.

El de Nissan fue un reto interesante porque me tocó recibir varios proyectos, dentro de los cuales, estando en el punto más álgido de producción de Nissan, teníamos 36 líneas de producción y gastábamos arriba de 5 millones de dólares, que yo administraba.

Teníamos nueve ingenieros de staff de herramientas, y eso era lo más interesante. En la estructura de Nissan son ingenieros de herramientas exclusivos, no de procesos. Cada área es muy estructurada y eso te permite crecer. Recuerdo que en ese tiempo yo trabajaba a la prueba y error, movía algunos parámetros sin conocimiento, sin la tecnología. Hablamos de hace cuarenta años, cuando la comunicación y la globalización no existían. Entonces, eso me ayudó mucho porque tenía que estar en campo, conocer cómo aplicar las herramientas.

Después de esos nueve años pasé por Gühring durante un año únicamente, y luego ingresé a Tungaloy. En Tungaloy tengo prácticamente más de treinta años y ha sido un honor estar aquí, porque es una excelente compañía con un gran producto y recibimos el apoyo de todo el personal.

Contamos con herramientas de corte increíbles, y me ha tocado ver todo en el desarrollo de nuevas herramientas, recubrimientos y geometrías. Pasar a ser parte del Grupo IMC fue un cambio radical en cuanto a la forma de ir al mercado. Tungaloy, o las compañías japonesas, un poco conservadoras, no son tan demandantes o agresivas hacia el mercado. Y, además, el área de marketing o mercadotecnia no es un área para ellos elemental o vital.

Se enfocan más hacia los clientes y hacia su área más cercana. De hecho, Tungaloy vendía en aquel entonces el 65 % en su mercado local y 35 % externo. Es decir, para ellos el mercado externo no era prioridad. A partir de que nos integramos, el grupo IMC cambió un poco la mentalidad, como la integración de nuevos productos y el ir a otros mercados.

Esto permitió que ahora Tungaloy venda el 65 % en el extranjero y solo el 35 % en Japón. Esa es la historia y yo me siento muy orgulloso de ser parte de Tungaloy en treinta años que tengo con ellos.

E. T.: ¿Qué te motivó a entrar a la industria metalmecánica?

J. C.: Desde mi carrera, porque estudié Ingeniería Mecánica y lo relacionado con la termodinámica y el análisis de máquinas de combustión interna. Desde ahí venía el interés y en aquel entonces Aguascalientes no tenía compañías importantes. Entonces, la única compañía importante y de la que todos queríamos ser parte era Nissan. Y, como te explicaba, en el momento en que pasé al área de herramientas, me llamaron la atención los desarrollos y cómo investigar y medir las herramientas, su variedad y especificaciones. Como es todo tan ordenado y tan fácil de comprender y de ser exitoso, fui un amante de esto. Uno aprende muchas cosas, desde los materiales para mecanizar, hasta las diferentes herramientas o grados que se ofrecen. ¡Es increíble, no dejas de aprender!

Por eso me ha apasionado esto. Me encantan las herramientas de corte. De hecho, algún día sueño con regresar a la industria y poder aplicar los conocimientos con teoría y práctica. Eso es para mí lo importante. Se pueden hacer grandes cosas en la industria.

E. T.: Muy, muy interesante. En los treinta años que has estado en este mundo, ¿qué sucesos te han marcado o qué cambios han sido los más significativos?

J. C.: En estos treinta años, uno de los puntos que me marcaron fue establecer Tungaloy hace prácticamente veinte años, diez años después de trabajar en Tungaloy, que solo existía en México por medio de representación o venta a través de distribución. En 2003, en una reunión con mi director, me comentó que quería establecer Tungaloy y que le propusiera en qué lugar existiría. Obviamente, le dije que Aguascalientes porque, primero, somos la parte central del país y, además, a la gente de Aguascalientes le gusta comprometerse y no es tan fácil que cambie de puestos de trabajo. Entonces, ese fue uno de mis criterios y así fue como nos establecimos. Es decir, hicimos nuestra inauguración en octubre de 2004, aunque la compañía fue creada en marzo de ese año.

Fue uno de los alicientes más importantes. Pero lo más importante para mí es el apoyo que recibo de Tungaloy. Me siento como en familia y es algo que he tratado de transmitirle a todo el personal. No somos solo trabajadores, sino la familia completa como parte de la organización. Me siento orgulloso de eso y eso va a seguir permeando a la compañía.

E. T.: ¿Qué te gusta más de la industria?

J. C.: Para mí es muy sencillo. Lo que más me encanta de mi trabajo, hablando en general, es que puedo ayudar a que se cumplan los compromisos que se tienen, a que las máquinas sigan trabajando y que se hagan los productos con calidad y a tiempo. Que sepan mis clientes que tienen un socio comercial que les va a ayudar a resolver sus problemas.

No solo me interesa el negocio o tomar su dinero, sino ser parte integral de los desarrollos. Te puedo decir que tenemos grandes relaciones con nuestros clientes. Es lo más importante. Es una relación simbiótica para lograr los proyectos que ellos tienen, de demostrarle al mundo que tenemos la capacidad de desarrollar los proyectos.

En México, Tungaloy tiene la capacidad de desarrollar un proyecto. Es decir, hacer las propuestas de herramientas de corte con base en un proyecto que el cliente tenga: me dan el diseño, me indican cómo es la materia prima, qué máquina se utilizará, los sistemas de sujeción, y les puedo decir qué herramienta necesitan para procesar la pieza. Es, básicamente, una llave en mano que no resulta común en México, y creo que tenemos la capacidad y el compromiso para llevarlo a cabo. Es decir, en cualquier eventualidad recibirán el apoyo total de nuestra parte. Y no solo palabras, sino hechos. Tenemos un socio comercial muy importante, el Grupo Linamar, que ha confiado en nosotros, y que creo no los hemos defraudado de ninguna manera, sino que les hemos ayudado a cumplir los compromisos que han adquirido.

E. T.: Te la pasas trabajando. Hoy, cuando hacemos la entrevista, precisamente es sábado. ¿Tienes algún hobby o afición?

J. C.: Bueno, la edad no me da para mucho, ya 60 años empiezan a hacer mella. Me gustaba mucho el fútbol. Lo practiqué de manera competitiva hasta los 55 años. Después decidí retirarme. Soy exigente en ese sentido. La verdad, mi mayor hobby es ver deporte, observarlo.

No me gusta ir a muchos lados, soy un poco introvertido. Disfruto solo, no tengo mucha gente a mi alrededor y me encanta el fútbol americano. Creo que es el mejor deporte del mundo, principalmente por ser demasiado exigente. Creo que es el más completo, porque no solo hablas de habilidad, fuerza, rapidez o inteligencia, hablas de los cuatro en conjunto. No existe otro deporte en el mundo en el que se requiera eso.

Es un juego de ajedrez en el que tienes que ver las capacidades de cada uno de tus elementos. Me encantaría ser un coach, un director, decidir qué se tiene que hacer. Te puedo decir que puedo estar diez horas sentado viendo el fútbol americano, porque soy un apasionado.

E. T.: Si tuvieras la oportunidad de ir a conocer cualquier parte del mundo, ¿qué sitio escogerías?

J. C.: Uno de mis sueños es hacer un recorrido por Turquía y Grecia. Es parte de mi plan una vez retirado. Desafortunadamente, un viaje de estos requiere mucho tiempo y estar desconectado. En la actualidad es complicado para un puesto directivo. Creo que mi sueño es pasar un buen tiempo en Europa: Turquía, Grecia, Chequia, Eslovaquia, la Europa vieja.

He conocido Japón y creo que es una gran cultura, pero un poco estricta, un poco recta, muy ordenada, demasiado ordenada para mi idiosincrasia mexicana. Nosotros buscamos un poco más de apertura, por eso me gustaría conocer Turquía. He visto algunas zonas y me llaman mucho la atención, aunque me da pavor subirme a un globo. Te puedo decir que en algún momento hasta he soñado ser parte de esa área, de esa cultura.