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Los vehículos eléctricos tendrán un impacto en el futuro de la cadena automotriz a nivel regional.
De acuerdo con Fernando González, director de Soluciones Automotrices LATAM en Di Central, el año 2020 obligó a la industria automotriz a repensar el diseño de su cadena de suministro; sin embargo, dos aspectos pueden representar grandes oportunidades para el sector en México.
“El primero de ellos es la relocalización. Ésta es una creciente prioridad de la industria. Como resultado de la pandemia quedaron totalmente paralizados los proveedores de oriente y generó toda una serie de problemáticas”, explicó González.
Refirió que las estadísticas son promisorias: “83% de los fabricantes norteamericanos están convencidos o están impulsando políticas de relocalización de regiones, comparado con un 54% que se dio el año anterior”.
El especialista agregó que los sectores que más están impulsando el tema de la relocalización son automotriz y gas y petróleo, los cuales están intentando agregar proveedores a sus cadenas de suministro.
En ello coincidió Luis Pineda, Colaborador de la Fundación México- Estados Unidos para la Ciencia (FUMEC), quien indicó que, en el caso de México y la región, además del tema de COVID-19, la firma del T-MEC ha llevado a buscar una mayor integración regional.
“Una de las enseñanzas que nos dejan toda esta pandemia es la importancia de relocalizar las cadenas de proveeduría para llegar de manera mucho más cercana al mercado final”, explicó Pineda.
Agregó que el tema de la escasez de semiconductores refleja puntualmente la importancia de no depender específicamente de ciertas zonas a nivel mundial donde masivamente se ha localizado la proveeduría y la fabricación en las últimas décadas.
“Vuelve a cobrar importancia a nivel de Norteamérica y de diferentes países el fortalecer esa integración regional o local que nos permita brindar ese servicio o ese valor agregado de manera más cercana”, señaló Pineda.
La era de los vehículos eléctricos
A decir de Fernando González, otro de los aspectos que puede representar una oportunidad para el sector automotriz en México es la electrificación de los automóviles.
“La era de los vehículos eléctricos ha llegado y esto trae consigo una serie de nuevos desafíos y obliga a toda la industria a adaptarse a la nueva tecnología y no al revés”, señaló González.
Refirió que este tema no solo es impulsado por las preferencias de los consumidores, sino que está alineado con las nuevas iniciativas gubernamentales –y globales– de protección del medio ambiente.
“El sector automotriz siempre ha sido una industria muy tradicional y en su mayor parte continúa operando de la misma forma que hace 20 o 30 años”, indicó el especialista.
En este sentido, Luis Pineda, comentó que los vehículos eléctricos tendrán un impacto en el futuro de la cadena automotriz a nivel regional. Agregó que, específicamente la propulsión eléctrica y la forma en la que ahora se aprovecha a través de la transferencia de energía en baterías eléctricas es uno de los grandes retos que tienen que adoptarse actualmente.
“Cada vez se observa más, cómo las grandes armadoras ya han comenzado a tomar con mayor seriedad y detalle todo este tema de transiciones en la industria. Cada una de estas automotrices ya han venido asentando planes detallados sobre cómo emigrar su catálogo y su portafolio de productos hacia estas tendencias de electrificación”, explicó Pineda.
Señaló que, a nivel mundial, en las tres grandes regiones de producción automotriz se está realizando los mayores avances en la parte de ingeniería, contratando recursos de alto valor y reestructurando también sus empresas tanto a nivel vertical como a nivel horizontal, así como la llegada de nuevos jugadores a la industria.
“Norteamérica es probablemente la región que va más detrás de toda esta inercia de la electrificación, pero que ha tomado un nuevo rumbo y una nueva velocidad con cambios en la administración de gobierno en Estados Unidos, donde ya se comienza a tomar la fecha de transición eléctrica para el 2050, en conjunto con el tema de cero emisiones de gases de efecto invernadero hacia la atmósfera”, explicó.
Incluso con el tema de la pandemia, agregó Pineda, así como los frenos en el mercado, los vehículos eléctricos crecieron 4% en la región.
“Un paso más adelante va Europa. Uno de los datos interesantes es que a nivel regional también esta región alcanzó crecimientos de su mercado de autos eléctricos en plena era COVID. También creció su mercado y ya están acelerando la parte de instalación de puntos de carga eléctrica”, agregó.
Pineda refirió que la región de Asia tiene el liderazgo en este tema: “Hay un compromiso de realizar una fecha de transición eléctrica hacia el año 2035 en todo lo que tiene que ver con transporte de vehículos”.
El especialista dijo que China fabrica prácticamente el 90% de las baterías eléctricas del mundo: “Por ello toma una gran relevancia el fortalecer las cadenas regionales y estas estrategias de relocalización tienen significado. Incluso como lo comentó la administración norteamericana, se trata de un tema de seguridad nacional, de realmente invertir en el desarrollo e instalación de fábricas que permitan eliminar esta dependencia de esos insumos y esas piezas que vienen desde prácticamente el otro lado del mundo”.
Finalmente, Pineda señaló que los vehículos eléctricos son ya una realidad: “La transición vendrá sí o sí en los próximos 10 o 15 años, periodo en el que irá creciendo exponencialmente la demanda de estos vehículos”.
La transición
De acuerdo con Carlos Meneses, coordinador del Programa Automotriz de FUMEC, el auto de combustión interna tiene más de 100 partes móviles, como son el motor, el turbocargador, baterías, clutch, transmisión, frenos, escape, entre otras; en tanto que el auto eléctrico básicamente tiene tres partes móviles.
“Digamos que la clave de la función de los autos eléctricos son la batería, el inversor y el motor, entonces esto implica número mucho menor de componentes y que evidentemente aquí viene el primer tema, ¿qué pasa con todos los componentes que ya no se van a requerir en un auto eléctrico?”, cuestionó Meneses.
El especialista señaló que se vislumbra un cambio en el valor que aporta cada uno de los actores de la cadena, que van desde las armadoras, los proveedores de las partes y los proveedores de materias primas.
“En el caso de las armadoras de autos de combustión interna se han anunciado reconfiguraciones de plantas de producción y también centros de desarrollo de tecnologías clave, como son las baterías”, explicó Meneses.
Para el caso de los proveedores de partes, el especialista indicó que, a medida que entren los autos eléctricos, las piezas para motor de combustión interna y transmisión van a empezar a ser obsoletas ya que sólo van a funcionar en los autos que continúen siendo de combustión interna.
“Sin embargo, los fabricantes de estas partes tienen dominio de procesos clave como forja, mecanizados de precisión, por lo que podrían incursionar con estas capacidades en la fabricación de componentes del vehículo eléctrico”, agregó.
Refirió que el vehículo eléctrico si tiene algunos engranes, aunque no del tamaño y complejidad de una caja de cambios de un vehículo de combustión interna: “Estos fabricantes definitivamente tendrán que migrar y desarrollar las capacidades de producción de piezas, aunque ya tienen capacidades importantes”.
Explicó que, en el caso de los proveedores de forja y fundición, que tradicionalmente hacen las carcasas de las bombas, los monoblocks de los motores y que especialmente los trabajan en aluminio, pueden llegar a fabricar las carcasas de los motores eléctricos, de las baterías o fabricar piezas ligeras para el chasis.
Para el caso de los componentes del tren motriz, Meneses comentó que los proveedores tienen gran experiencia en la parte de manufactura de precisión, por lo que el camino es pasar a fabricar componentes de precisión para el auto eléctrico.
El directivo refirió que para la transición es necesario hacer un análisis de capacidad para reposicionarse en la cadena: “hacer un plan para ese reposicionamiento y tratar de ver cómo empezar a trabajar nuevos materiales, tener mayor flexibilidad productiva, así como introducir más herramientas digitales y de Industria 4.0 para poder mantener el ritmo de la cadena”.
“Algo que sí es importante aclarar es que esto es un cambio gradual. Sabiendo que el cambio se va a dar y el cruce entre la demanda de autos de combustión interna y eléctricos se va a dar en unos 10 años, estas empresas deben planear cómo van a incursionar en el segmento de los eléctricos”, indicó Meneses.
Por otro lado, el especialista comentó que entre los nuevos actores se incluye a los fabricantes de baterías —tanto los que hacen la manufactura como los que hacen innovaciones—, los que fabrican motores eléctricos para el tren motriz y la electrónica asociada.
El reto y la oportunidad
“Hay un horizonte de tiempo para insertarse en las cadenas. Si estamos pensando que la mayor parte de los vehículos sean eléctricos en 10 o 15 años y que un auto se planea con unos 5 años de anticipación, la verdad es que tenemos muy poco tiempo para empezar a lograr que México se inserte en estos proyectos”, indicó Meneses.
Por ello, urgió a considerar los horizontes que tiene la industria para entrar en estos proyectos de proveeduría de las cadenas de los autos eléctricos.
“Ya se está hablando de dónde van a estar las fábricas de autos. Nosotros seguramente seguiremos siendo un proveedor importante de estas fábricas de autos, aunque estén en Estados Unidos; pero para ello hay que trabajar esta migración del tipo de partes que se van a necesitar”, agregó Meneses.
Finalmente, Meneses comentó la transición hacia vehículos eléctricos es muy fuerte en Estados Unidos, Europa y Asia, particularmente en China; pero va a ser más lenta para otros países y regiones.
“Se van a seguir construyendo autos de combustión interna al mismo tiempo que se estén cambiando las plantas de Estados Unidos para producir vehículos eléctricos. La posible demanda de autos de combustión interna podría enviarse a plantas en México. En ese tema es importante ver de qué manera se puede ser atractivo a México”, puntualizó Meneses.
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