Cuando el mecanizado manual tiene sentido comercial

Josh Topper no tiene tiempo para la programación CNC. De hecho, dice que su negocio homónimo, Topper Machine LLC, tiene éxito precisamente porque se basa exclusivamente en máquinas-herramienta manuales.

Topper no intenta competir con la ventaja inexpugnable del CNC: la capacidad de ejecutar repetidamente rutinas de corte preprogramadas. Más bien, busca trabajo de bajo volumen, en donde puede encontrar formas de convertir el tiempo que pasa con la computadora en una desventaja. Los prototipos, las piezas únicas, las reparaciones y otros trabajos de bajo volumen presentan oportunidades para saltarse la fase de programación y ganar la carrera hacia la parte final, dice, incluso contra máquinas CNC que cortan más rápido.

Otros trabajos potencialmente rentables incluyen piezas demasiado grandes, que requieren operaciones especializadas o son poco prácticas para las empresas locales de mecanizado CNC, que parecen cada vez más propensas a ser clientes en lugar de competidores.

“En los últimos meses he recogido, en dos talleres CNC más, que querían entregar trabajo porque no es rentable o porque tienen poco personal —dice Topper, citando un caso reciente que involucró perforar y avellanar una docena de placas de acero—. Mientras programan la máquina y la alistan pueden pasar una o dos horas, antes de que comiencen a correr las piezas. Yo los hice en una hora”.  

La reparación y las piezas de repuesto presentan aún más oportunidades para beneficiarse del mecanizado manual, en especial últimamente. Durante los periodos más ocupados, el taller de un solo hombre podría acomodar fácilmente a un soldador de tiempo completo y a un segundo maquinista de tiempo completo, y “nunca nos pisaríamos los dedos de los pies”, dice. Y aunque el trabajo puede ser intermitente, el taller tenía entre veinte y treinta clientes estables al momento de escribir este artículo, para la mitad de los cuales, aproximadamente, “hago algo cada una o dos semanas —dice—. Hay mucho trabajo por ahí, que se puede hacer manualmente. Todavía estoy descubriendo nuevos clientes”.

El enfoque principal de Modern Machine Shop México es el mecanizado CNC. Sin embargo, la historia de Topper demuestra que los equipos operados tradicionalmente aún pueden ser competitivos. Para aquellos con la pasión y la habilidad requeridas, el mecanizado manual puede ser un negocio viable.

Un taller en el bosque

Topper trabaja y vive en un terreno remoto en el norte de Wisconsin, que parece demasiado sereno para una empresa de manufactura. Dada la ubicación, escuchar que el 65 % del trabajo del taller proviene de la industria maderera local no fue una sorpresa. Sin embargo, esta cifra representa un cambio con respecto a los primeros años del taller, cuando casi dos tercios del trabajo lo suministraban piezas para los OEM de equipos de construcción.

Los ferrocarriles y los equipos agrícolas también han sido fuentes confiables de trabajo. “Siento que estar en un área más poblada ayudaría, pero no quiero vivir allí —dice—. Me gusta mi casa y estar en el bosque. En el mundo en el que vivimos, realmente no es difícil transportar piezas”.

Aparte del taller en sí, lo primero que un visitante puede notar son las diversas manifestaciones de los pasatiempos y pasiones de su fundador. Quizás el ejemplo más obvio es un enorme aserradero circular en una esquina del lote, una máquina que Topper construyó tanto para vender madera como para mostrar sus capacidades de mecanizado. El camión autocarril (por “autopista/ferrocarril”) en el camino de entrada está equipado para inspeccionar la vía del ferrocarril, un trabajo que a menudo realiza en el camino para entregar piezas mecanizadas. Las máquinas de vapor restauradas evidencian otro trabajo secundario, así como su interés en la historia (particularmente en la preservación de la historia).

Basta decir que Topper se mantiene ocupado. Apenas abre el garaje adjunto al taller, se hace evidente que también se gana la vida. En un remolque aun a la espera de su instalación está su máquina-herramienta más nueva: un torno de motor European Lion 23MT modelo 2021, que había recogido en las primeras horas de la mañana del mismo día en el que se tomaron las fotografías relacionadas.

Aunque sus diversos talentos aportan dinero extra, Topper dice que las inversiones en equipos se financian en su totalidad con las ganancias del mecanizado. Del mismo modo, para la expansión del taller en 2014, a 3,000 pies cuadrados (en gran parte para acomodar un área de soldadura separada) y, dos años más tarde, la construcción de su casa en el mismo lote (y la posterior conversión del piso superior del taller, de espacio habitable a espacio de oficinas).

El pasatiempo y la pasión se convirtieron por primera vez en un negocio después de que Topper fuera despedido de su puesto como mecánico de locomotoras diésel en 2012. Armado con un torno y una fresadora, “lo hizo oficial” en mayo de ese año. “Fui de tiempo completo, sin clientes, sin trabajo, sin nada —recuerda—. Solo comencé a tocar puertas”.

Mecanizado rápido y correcto la primera vez

Como negocio de mecanizado de un solo hombre, Topper debe desempeñar muchos roles: gerente, maquinista, contador, oficial de logística y jefe de ventas y marketing, incluidas las publicaciones regulares en un canal de Youtube para comercializar sus capacidades.

Según estos videos, Topper no tiene nada que ocultar (al menos, mientras sus clientes no lo hagan). Todas las técnicas y trucos que lo ayudan a hacer piezas de calidad rápidamente están en exhibición completa, que van desde cómo construir una grúa en casa, hasta volver a mecanizar accesorios para nuevas configuraciones, una ventaja significativa para el maquinista manual. “No necesito programar la máquina para hacer eso, simplemente lo hago”, dice.

En cuanto a contarle al mundo cómo lo hace, Topper puede ser intrépido en YouTube, en parte porque pocas personas poseen el mismo nivel de conocimiento y habilidad. Entre los que lo hacen, no todos tienen el mismo nivel de impulso y ambición. Sin embargo, también hay otras lecciones que se pueden extraer de la experiencia de Topper. Entre otras características, Topper Machine LLC puede atribuir su crecimiento continuo a esto:

• Grandes capacidades. El crecimiento de Topper Machine LLC se relaciona directamente con el crecimiento de la capacidad de torneado de la compañía. Las primeras ganancias de Topper, obtenidas de un antiguo empleador y la ayuda de otros amigos maquinistas manuales, fueron un torno Monarch de 18” × 48”, que reemplazó a su modelo original de 12” × 36”. Más tarde, esa máquina fue suplantada por una Monarch 25N aún más grande, con 108 pulgadas entre centros y capacidad para oscilar diámetros tan grandes como 14 pulgadas sobre la deslizadera transversal. Para cuando se publique este artículo, esa máquina habrá sido reemplazada por el nuevo León Europeo (que en realidad es tres pies más corto pero “compensa” la longitud perdida con un orificio de husillo más grande, dice Topper). “Las partes más pequeñas son las que se producen en masa, pero no es ahí donde vas a ganar dinero”, dice.
• Máquinas especializadas. Instalada en el último año, el ejemplo más reciente es una ranuradora vertical Morey de 12 pulgadas que “hace un hermoso chavetero” en comparación con una brochadora, hasta el punto de que los clientes y posibles clientes tienden a notarlo, dice Topper. En otra esquina del taller se encuentra una fresadora plana capaz de realizar pasadas de fresado de 8 pies, una capacidad particularmente útil para alinear características mecanizadas en ejes largos.

• Un impulso para mejorar. Con quizás diez trabajos diferentes en el taller en los días más ocupados, en comparación con solo tres o cuatro hace unos años, la eficiencia se está volviendo más importante, dice Topper. Siempre que sea posible, deja que los alimentadores motorizados giren los volantes de algunas máquinas mientras él atiende otros trabajos. Las nuevas herramientas también ayudan. Por ejemplo, el nuevo Lion ofrece una capacidad de inversión del husillo, particularmente útil para los ejes que requieren perforación y roscado. Otro ejemplo es el uso de lecturas digitales, que permiten el posicionamiento sin indicadores ni paradas de tabla. En cuanto a la perspectiva de una asistencia aún más digital, dice: “Consideraría el CNC en cualquier forma si alguna vez surgiera la necesidad, pero para lo que hago, simplemente no he tenido la necesidad”. Más bien, prefiere pasar su tiempo “descubriendo diferentes estilos de insertos y cortadores” y resolviendo problemas de configuración.

• Uso creativo de equipos. El trabajo que se muestra arriba presenta solo un ejemplo de cómo Topper aprovecha la flexibilidad de una máquina-herramienta manual para ganar dinero. Recuerda un trabajo similar que involucró una serie de componentes pequeños con ranuras profundas que previamente se habían cortado en un centro de mecanizado vertical CNC. Sin embargo, la zona de trabajo más abierta de la máquina manual le permitió a Topper cortar una sola ranura en una sola pieza de trabajo larga que podía segmentarse en partes individuales, en lugar de configurar cada pieza individualmente. La capacidad de tomar un corte más carnoso (y en su mayoría desatendido), ayudado tanto por la rigidez de la máquina en sí como por un ensamble de herramienta más corto y rígido en comparación con la máquina CNC vertical, también ayudó a Topper a cobrar una tasa más baja.

• Las tarifas correctas. Topper ama su trabajo, pero valorar ese trabajo adecuadamente ha sido fundamental para hacer crecer el negocio. Con un trabajo como el de las ranuras antes mencionado, puede ser fácil establecer precios demasiado bajos. “Bastantes clientes, a lo largo de los años, me han devuelto facturas y me han dicho que las duplique, porque era demasiado barato”, dice.

Topper no se hacía ilusiones sobre los desafíos que enfrentaría cuando comenzara el negocio. “El matrimonio, recibir hijastros, la construcción de una casa, no fue nada en comparación con asumir la posibilidad de iniciar un taller de máquinas solo manual, dice en un video de Youtube. Y, sin embargo, ese mismo video, titulado “Iniciando un taller de máquinas solo manual”, es en muchos sentidos un llamado a la acción. A los 40 años, Topper dice que es el más joven de una red local de maquinistas manuales que se recomiendan y, a veces, incluso trabajan. Se pregunta sobre las implicaciones del conocimiento perdido a medida que sus amigos se jubilan y nadie interviene para tomar su lugar. “Los tipos como yo podemos lograrlo [en el negocio], porque no quedamos muchos”, dice.

En este contexto, “nosotros” tiene un significado específico, es decir, aquellos que disfrutan trabajando con sus manos, tanto o más que cualquier cosa que tenga que ver con una computadora. “Nosotros, los maquinistas, siempre estamos poniendo una mano en la máquina para sentirla —dice—. La estamos escuchando. Para mí, eso es muy divertido”.