Las renovadas instalaciones Metalmod ahora cuentan con 4,500 metros cuadrados y más de 150 máquinas-herramienta.
Hace cinco años visité las instalaciones de Metalmod en Lerma. En mi reciente visita, cuando llegué al parque industrial donde está ubicada la empresa, creí que no era el sitio que buscaba. Vi una gran fachada con estilo moderno y pensé que Google Maps se había equivocado. Escéptico, pregunté en la garita de entrada si esa era la empresa Metalmod y si allí podía encontrar al ingeniero Agustín Martínez Corona. El portero me dijo que esa era la empresa y que el ingeniero me esperaba.
Cuando ingresé, unos grandes vitrales me permitieron ver una recepción nueva con el logo de la empresa. No tenía nada que ver con la entrada antigua de una edificación que no reflejaba un taller metalmecánico adentro. Subí a la segunda planta, donde una gran recepción con muebles y un café-bar invitaban a quedarse. No salía de mi asombro. Luego llegó Agustín Martínez y me invitó a pasar a su nueva oficina. Quedé aún más perplejo: un amplio espacio con grandes ventanales desde donde se puede apreciar toda el área de trabajo del taller en el primer piso. No pude ocultar mi sorpresa.
Lo que antes era un taller modesto, creado hace 38 años por Agustín Martínez Rangel, padre de Agustín y Aron Martínez Corona, ahora es una empresa de estilo internacional que acoge a sus clientes con un toque distinguido para recibir sus trabajos y discutir cómo ejecutarán los proyectos.
Metalmod empezó como un pequeño taller familiar en 1984. Posteriormente, amplió su área de taller a 2,000 metros y ahora, con la remodelación que hicieron los hermanos Martínez Corona, son unas instalaciones de 4,500 metros cuadrados que acogen alrededor de 150 máquinas-herramienta.
Crónica de una evolución
Metalmod se ha dedicado a la producción de piezas para las industrias automotriz y médica, principalmente. Sus trabajos envuelven mucho proceso de torneado de precisión en tornos tipo suizo de altos volúmenes.
Sin embargo, Agustín Martínez siempre pensó que debería crecer el negocio para distinguirse de otros talleres de la región y poder ofrecer servicios más confiables y constantes a sus clientes. Así, junto con su hermano Aron, encargado del rediseño de la empresa, decidieron utilizar el terreno de una cancha de fútbol que estaba al lado de su taller para realizar la ampliación. Si bien el proyecto se detuvo un tiempo, mientras transcurría la pandemia, Agustín tenía la convicción de que muchos proyectos iban a llegar cuando pasara la coyuntura del virus.
Agustín y Aron Martínez Corona llevan casi cuarenta años en la dirección de la empresa que su padre fundó en el municipio de Lerma, estado de México.
De tal manera que en los últimos cuatro meses de 2021 invirtieron en la compra de 20 máquinas nuevas, entre centros de mecanizado de tres ejes y tornos tipo suizo para atender los proyectos que llegaron con el declive de la pandemia.
“Hace cinco años atendíamos los mercados eléctrico, automotriz e industrial. El automotriz siempre ha sido el número uno, eso no ha cambiado y seguimos creciendo ahí. En el último periodo hemos comprado nuevas máquinas CNC e implementado una nueva distribución de planta y procesos que nos han simplificado la operación. Hicimos unas oficinas nuevas y el proyecto era tener capacidad, porque los clientes nos veían saturados, ya no querían nuevos proyectos con nosotros porque no veían cómo podíamos instalar nuevas áreas. Eso nos llevó a hacer el plan de crecimiento. Hace dos años empezó la pandemia y nos paró el proyecto. Estuvimos prácticamente año y medio detenidos, y mi hermano Aron decidió seguir adelante. Veíamos que la pandemia iba a provocar una reactivación acelerada y, entonces, empezamos a prevenirnos comprando máquinas. Apostamos por Hyundai y Tsugami, siempre con la base que tenemos de equipos Haas —contamos con más de treinta máquinas de ellos—. También tenemos otros equipos de diferentes marcas, pero ahora el enfoque es hacia Tsugami y Hyundai, que nos han dado buen resultado”, relata Agustín Martínez.
Evitando las segundas operaciones
Como su principal mercado sigue siendo el automotriz, entre las máquinas que adquirieron el año pasado está un centro de mecanizado Hyundai WIA i-CUT400TD, que les acorta el tiempo de ajuste de los materiales con un sistema de doble mesa y que cuenta con un diseño de sistema de husillo de conexión directa y alta velocidad, con 15,000 rpm. Pero el motivo principal que los decidió por este equipo es porque les evita segundas operaciones.
“Ahora hacemos componentes de la industria automotriz para asientos, bombas de gasolina, capotas automáticas de jeeps, cosas así. Entonces, tratamos de traer tecnología que nos evite segundas operaciones, que nos matan. Si tienes un solo setup, ganas y eres más competitivo”, dice Agustín Martínez.
Y continúa explicando los beneficios que les ha traído el uso de ese equipo para la producción de sus autopartes: “Primero ahorramos tiempo, porque el pallet, estático y libre, nos permite cargar y descargar piezas, mientras la máquina trabaja. En vez de hacer en dos o tres máquinas los diferentes pasos, los hacemos en una sola máquina porque intercambiamos posiciones y una posición hace operación diez, otra operación veinte y otra operación treinta. Así podemos avanzar en la generación de la pieza sin tener que bajarla”.
El centro de mecanizado Hyundai WIA i-CUT400TD acorta el tiempo de ajuste de los materiales del taller con un sistema de doble mesa, que cuenta con un diseño de sistema de husillo de conexión directa y alta velocidad, con 15,000 rpm. El tiempo de cambio de herramienta (de viruta a viruta) que les ofrece es de 1.6 segundos. El motivo principal que los decidió por este equipo es porque les evita segundas operaciones.
El i-CUT400TD es un equipo de tres ejes con pallet intercambiable, ATC accionado por servomotor que permite el cambio de herramienta (de viruta a viruta) en 1.6 segundos, lo que acorta el tiempo de no corte con el avance rápido (56 m/min.)
“Me gustó la máquina porque es rápida y precisa. Ahora, más bien, tenemos que jugar con los sistemas de fijación, porque aún trabajamos con sistemas mecánicos y queremos pasar a sistemas hidráulicos de sujeción, que nos aseguren la calidad y la precisión”, indica Agustín Martínez.
Mercado cambiante y competencia desleal
Más que la pandemia, la gran preocupación de Agustín Martínez es la competencia desleal y los precios de la materia prima. Durante la visita me comentaba con indignación la manera como actúan muchos talleres de la región para tratar de quitarles clientes que por años ellos han atendido:
“El mercado está brutal. Hace cinco años éramos 140 empleados y hoy somos 255. Por el tema de la explosión de la demanda de operarios en el mercado, es complicado contratar gente. Ahora tenemos que incorporar personal sin conocimiento, hacer programas de capacitación y desarrollar los equipos. No tienes idea de la ‘arrebatadera’ de gente. Por eso ves trabajadores vestidos de amarillo, rojo, azul, porque la rotación es muy grande. No nos da tiempo de equiparlos: se van y tiene que venir nueva gente.
En mi visita de hace cinco años, el taller tenía 140 empleados. Ahora cuenta con 255, entre operarios, ingenieros y personal de administración.
“Hay una situación muy desleal ahora en el mercado. Antes me atrevería a decir quiénes eran nuestros clientes. Hoy tratan de robarlos. Ya me da miedo mostrar mis clientes en la presentación de la empresa, porque parece que los publico e inmediatamente aparecen otros a ofrecerles servicios. Es triste, porque incluso ha venido personas como visitantes, y de repente están ahí, queriendo llevárselos. Afortunadamente, nuestro desempeño y calidad han sido buenos, nuestros precios son normalmente bajos y es difícil que puedan competirnos en ciertas cosas. Ahora tenemos 4,500 metros de producción, volumen, recursos de metodología, capacidad de maquinado y de inversión. Lo que tratamos de hacer es despegarnos de esa gama de talleres. Digamos que todavía nos consideramos un taller pequeño, pero tratamos de diferenciarnos por medio de tecnología, para que no cualquiera pueda hacer lo que hacemos; aunque producimos piezas simples, lo hacemos de una manera barata, y eso no es tan fácil”, explica Agustín Martínez.
La falta de materias primas es otra de las preocupaciones de Metalmod. Debido al conflicto entre Ucrania y Rusia muchos de los metales que usan en el taller son difíciles de conseguir y sus precios están en alza permanente.
Ideales para una amplia gama de aplicaciones, los centros de torneado M08SY, de Tsugami, le ofrecen al taller un mecanizado de alta precisión y producción. Cuentan con eje Y que les permite realizar mecanizados de gran complejidad, como el torneado, taladrado, taladrado transversal y fresado CNC. El husillo principal y el subhusillo están equipados con motores de husillo integrados que minimizan las vibraciones y les proporcionan una
“Hay un problema generalizado de falta de materias primas e incrementos. Ya hoy no puedo cotizar para la siguiente semana, porque ha cambiado todo. El tema del níquel está difícil, no hay para hacer acabados ni para producción de aceros inoxidables. Sabemos que los molinos han parado, así que es un reto mantener el ritmo de producción incrementando los clientes. Sin embargo, el mercado está muy interesante porque México es una oportunidad bastante fuerte. El mundo está volteado de cabeza, con precios altísimos de transporte y a eso se le agrega la guerra. Ahora el mercado norteamericano se va a proteger haciendo las cosas aquí. Creo que México tiene una gran oportunidad de crecer y lo que empezaron a hacer las compañías de Europa y Asia, de venirse a México, fue lo más inteligente. Porque un contenedor que valía tres pesos, ahora vale 18 traerlo. Esa es una gran diferencia: la logística, el no tener contenedores, el reto de tener materias primas. El mundo no está fácil y creo que es un reto mantenerse en el mercado”, dice Agustín Martínez.
Un sueño que no acaba
Metalmod también se ha expandido hacia el sector médico, en el que ha encontrado nuevas oportunidades. Está a punto de arrancar con dos compañías nuevos proyectos que significan nuevos retos en el área de inspección, empaque, lavado y requerimientos especiales.
También el taller continúa sus trabajos para el mercado eléctrico y partes para equipos de soldadura con piezas que necesitan mecanizado en cinco ejes. Precisamente, para atender esta diversidad de sectores y componentes ha adquirido máquinas como los equipos Tsugami, con el fin de hacer más eficiente el proceso de producción de piezas, de tal manera que en vez de hacer torneado en una máquina, torneado posterior en otra, operaciones de barrenos transversales, roscas y otros procesos periféricos, todo se haga en una máquina.
Los centros de torneado M08SY de Tsugami que adquirió Metalmod cuentan con eje Y que les permite realizar mecanizados de gran complejidad, como torneado, taladrado, taladrado transversal y fresado CNC. El husillo principal y el subhusillo están equipados con motores de husillo integrados que minimizan las vibraciones y proporcionan una aceleración/desaceleración superior para el corte de alta resistencia y el acabado fino de los componentes que produce Metalmod.
“Tienes husillos, subhusillos, herramientas vivas, diferentes ejes; entonces, sacas una pieza terminada que estás empacando en la misma máquina”, afirma Agustín Martínez.
Aparte de las veinte máquinas nuevas, entre equipos Hyundai WIA y Tsugami, Metalmod cuenta con ochenta máquinas, de ellas sesenta son tornos y el resto centros de mecanizado, todas máquinas CNC, fuera de las setenta máquinas convencionales, y varios equipos periféricos, entre compresoras y centros de rectificado sin centros, utilizados para segundas operaciones.
Si bien la ampliación de la nave industrial y la de su parque de máquinas ha sido de gran beneficio para la empresa, Metalmod aún tiene muchos retos en el camino, sobre todo para capitalizar los cambios. De eso es consciente Agustín: “Esta ambición y este nuevo reto debe mejorar todavía, porque los cambios han provocado un tanto de desorden y malas prácticas que tenemos que erradicar poco a poco. Estamos contratando supervisores e inspectores nuevos que lleguen a aportar ideas nuevas”.
Metalmod rediseñó completamente sus instalaciones con el fin de darles un ambiente amigable y dinámico. Tanto el piso del taller como las oficinas ahora son ambientes acogedores para los operarios y el personal administrativo.
Dentro de todos los cambios hechos por los hermanos Martínez Corona también está el logo de la empresa: “Nos emociona mucho, porque no solo es un logo nuevo, representa esas transformaciones, ese empuje, esas ganas que traemos de que esto se renueve. El logo es fresco, dinámico y ha sido un reto. Metalmod viene de “Metal Modelos Industriales”, el nombre que le dio mi papá. Fuimos recortando el nombre hasta que quedó Metalmod. Ya tiene renombre, no solo en México, también en Estados Unidos y en Canadá, donde atendemos varias empresas”, explica el ingeniero Martínez.
“Tenemos el entusiasmo de siempre ir a la vanguardia. Tú has visto nuestra transformación por mucho tiempo y es una fuerza que tenemos. He dicho que soy muy flojo y por eso siempre busco cómo hacer las cosas más fácil y rápido. Entonces, el hacerlo con metodología simple, buscando lo más rápido y barato posible, ha hecho nuestra diferencia. Realmente, estos han sido cambios de actitud que han vuelto los sueños realidad. Por supuesto, estás viendo la transformación: son sueños que teníamos, reflejo de las visitas que hemos hecho a compañías de Alemania, Estados Unidos y Canadá. Detalles que ves aquí son cosas que observamos y añorábamos, y que ahora se han hecho realidad. Queremos que en México haya empresas que hagan diferencia”, expresa con emoción Agustín Martínez.
Agustín y su hermano Aron tomaron la responsabilidad de dirigir la empresa que fundó su padre, Agustín Martínez Rangel, a causa de su muerte repentina. En ese entonces eran unos jóvenes estudiantes a los que les cambió la vida de manera radical. Asumieron a corta edad la dirección de la empresa, cambiaron las fiestas por los fierros y maduraron pronto con la experiencia de manejar el taller. Hoy su padre debe sentirse orgulloso porque continuaron su sueño para convertir a Metalmod en una empresa orgullosamente mexicana, con una visión internacional.
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