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Altamente integrada en cadenas regionales y globales de valor, la industria manufacturera mexicana ha tenido importantes cambios en los últimos años y generado oportunidades clave para las diferentes regiones industriales del país.
Comisiones del Senado, la U.S. Mexico Foundation y empresarios llaman a fortalecer cadenas productivas y consolidar a México como socio estratégico en Norteamérica.
El nearshoring ha cambiado el panorama geoestratégico de la proveeduría en el mundo, haciendo que muchas empresas establezcan sus centros de producción cerca a los OEM. Esta situación ha beneficiado a México con una ganancia potencial estimada en exportaciones de 35,000 millones de dólares.
Directivos del Clúster de Electrodomésticos de Nuevo León refieren que en el escenario actual las empresas tractoras buscan la regionalización de su cadena de proveeduría.
Expertos coinciden en que las diversas regiones de México presentan oportunidades de crecimiento de la mano de alianzas y conexión entre sus ecosistemas.
La Confederación de Cámaras Industriales refiere que ante un posible tratado de libre comercio entre ambas naciones las cadenas de suministro en México se verían reemplazadas por las de Corea del Sur.
El mejoramiento de la industria podría ser el resultado del T-MEC y la entrada al mercado mexicano de empresas extranjeras que buscan formar parte de las cadenas productivas de la región.
La OCDE prevé que en 2021 el PIB crezca 3.6% impulsado por las exportaciones, sobre todo de las empresas manufactureras integradas en las cadenas de valor mundiales.
La nueva planta de la empresa sueca SKF cuenta con una extensión de 46,000 m2 y tiene como objetivo reforzar el posicionamiento de la compañía en el sector automotor.
La posición geográfica de México y el aumento del contenido regional de los productos electrónicos han ayudado al crecimiento del sector, que representa aproximadamente el 6.4 % del PIB de la industria manufacturera.