¿Cómo preparar los lugares de trabajo para enfrentar el coronavirus?
El Departamento de Trabajo de EE. UU. y la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) publicaron una guía para preparar los lugares de trabajo frente al COVID-19. Conozca algunas de las recomendaciones para mantener la seguridad en su empresa.
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Los coronavirus son un tipo de virus que surgen periódicamente en diferentes áreas del mundo y que causan en los humanos infecciones respiratorias agudas. Estas son catalogadas como gripes que pueden llegar a ser leves, moderadas o agudas.
El nuevo coronavirus, COVID-19, fue recientemente catalogado por la Organización Mundial de la Salud como una emergencia de salud pública de importancia internacional, es decir, una pandemia.
Hay mucho más que aprender sobre la transmisibilidad, la gravedad y otras características asociadas con COVID-19 a medida que continúa la investigación del brote. Las personas infectadas pueden transmitir el virus a través de sus secreciones respiratorias, especialmente cuando tosen o estornudan. Actualmente se desconoce si una persona puede contraer COVID-19 al tocar una superficie u objeto que tiene el virus y luego tocarse la boca, la nariz o posiblemente los ojos.
Lo que debemos tener muy en cuenta, ya que de hecho lo estamos viviendo como sociedad, es que dependiendo de la gravedad de los impactos internacionales de COVID-19, las condiciones del brote pueden afectar no solo la salubridad sino también todos los aspectos de la vida diaria, incluidos los viajes, los negocios, el comercio, el turismo, el suministro de alimentos y los mercados financieros.
En México, al 23 de marzo, hay 316 casos confirmados de los cuales el 64 % corresponde a hombres y el restante 36% a mujeres.
Dado este contexto sanitario, que tiene en vilo al mundo entero, el Departamento de Trabajo de EE. UU. y la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA), emitieron una guía para preparar los lugares de trabajo ante la coyuntura sanitaria a la que el COVID-19 nos está enfrentando.
Esta guía no es presentada como una nueva legislación sino como una recomendación para mantener la seguridad dentro de los estándares del cuidado de la salud para los trabajadores dentro del marco regulativo de las normas OSHA.
Estas recomendaciones son de naturaleza consultiva, de contenido informativo y están destinadas a ayudar a los empleadores a proporcionar un lugar de trabajo seguro y saludable.
De acuerdo con la guía, para reducir el impacto de las condiciones de brote de COVID-19 en las empresas es importante que todos los empleadores planifiquen para afrontar el virus.
Las compañías que ya han trabajado para atacar temas de influenza, por ejemplo, pueden incluir la actualización de planes para abordar los riesgos de exposición específicos, las fuentes contagio, las rutas de transmisión y otras características únicas del SARS-CoV-2 (es decir, en comparación con el virus de la gripe). Los que no lo han hecho, deben prepararse a sí mismos y a sus trabajadores con la mayor anticipación.
La falta de planificación puede resultar en una cascada de fallas a medida que los empleadores intentan abordar los desafíos de COVID-19 con recursos insuficientes y trabajadores que pueden no estar capacitados adecuadamente para los trabajos que pueden tener que realizar en condiciones de pandemia.
Por eso, la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA) desarrolló esta guía de planificación COVID-19 basada en la prevención tradicional de infecciones y las prácticas de higiene industrial. Se enfoca en la necesidad de que los empleadores implementen controles de ingeniería, administrativos, así como en mejoras de prácticas laborales y equipo de protección personal (PPE).
¿Cómo el brote de COVID-19 podría afectar los lugares de trabajo?
Al igual que los virus de la influenza, el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19 tiene el potencial de causar brotes extensos. En condiciones asociadas con la propagación generalizada de persona a persona, múltiples áreas del mundo pueden verse impactadas al mismo tiempo. En ausencia de una vacuna, un brote también puede ser un evento extendido. Como resultado, los lugares de trabajo pueden experimentar:
- Ausentismo. Los trabajadores pueden ausentarse de sus labores porque están enfermos; son cuidadores de familiares enfermos; son cuidadores de niños si las escuelas o guarderías están cerradas; tener personas en riesgo en el hogar, como familiares inmunocomprometidos; o tienen miedo de asistir a sus trabajos por temor a una posible exposición.
- Cambio en los patrones de comercio. Es probable que la demanda del consumidor de artículos relacionados con la prevención de infecciones (por ejemplo, mascarillas o antibacteriales) aumente significativamente, mientras que el interés del consumidor en otros productos puede disminuir. La población también puede cambiar los patrones de compra debido al brote de COVID-19 comprando, por ejemplo, en horas de menor actividad para reducir el contacto con otras personas, mostrar un mayor interés en los servicios de entrega a domicilio o preferir otras opciones para reducir el contacto de persona a persona.
- Suministro interrumpido / entrega. Los envíos de artículos desde áreas geográficas severamente afectadas por COVID-19 pueden demorarse o cancelarse con o sin notificación.
¿Qué pasos deben seguir los empleadores para evitar el riesgo a que sus trabajadores se infecten?
La guía indica que se deben tener en cuenta diferentes categorías dependiendo del tipo de riesgo de exposición. Estas pueden ser de bajo, medio, alto o muy alto riesgo y en áreas de control especial como las de ingeniería, administrativa, entre otras. Para cualquiera de estas son imperativos los siguientes puntos:
- Desarrollar un plan de preparación y respuesta para enfermedades infecciosas. Si aún no lo tiene, desarrolle un plan para manejo de enfermedades infecciosas que pueda ayudar a guiar las acciones de protección contra COVID-19. Para esto tenga en cuenta:
- Manténgase al tanto de la orientación de las agencias de salud federales, estatales, locales, y / o territoriales, y considere cómo incorporar esas recomendaciones y recursos en los planes específicos del lugar de trabajo.
- Los planes deben considerar y abordar los niveles de riesgo asociados con varios sitios de trabajo y tareas laborales que los trabajadores realizan en esos sitios.
- Factores de riesgo no ocupacionales en el hogar y en entornos comunitarios.
- Factores de riesgo individuales de los trabajadores (por ejemplo, edad avanzada; presencia de afecciones médicas crónicas, incluidas afecciones inmunosupresoras; embarazo).
- Prepare los controles necesarios para poder abordar todos los riesgos.
- Prepárese para implementar medidas básicas de prevención de infecciones. Para la mayoría de los empleadores, la protección de los trabajadores dependerá del énfasis que se haga sobre las medidas básicas de prevención de infecciones. Según corresponda, todos deben implementar buenas prácticas de higiene y control de infecciones, que incluyen:
- Promover el lavado de manos frecuente y exhaustivo, incluso proporcionando a los trabajadores, clientes y visitantes del lugar de trabajo un lugar para lavarse las manos. Si no hay jabón y agua disponibles, se debe proporcionar desinfectantes para manos a base de alcohol que contengan al menos 60% de alcohol.
- Anime a los trabajadores a quedarse en casa si están enfermos.
- Fomentar la aplicación de la denominada “etiqueta respiratoria”, que incluye cubrir con el brazo la tos y los estornudos.
- Proporcionar a los clientes y al público pañuelos desechables y recipientes para basura.
- Explorar si pueden establecer políticas y prácticas, tales como lugares de trabajo flexibles (por ejemplo, teletrabajo) y horarios de trabajo flexibles (por ejemplo, turnos escalonados), para aumentar la distancia física entre los empleados y otros si las autoridades de salud estatales y locales recomiendan el uso de estrategias de distanciamiento social.
- Disuadir a los trabajadores de usar teléfonos, escritorios, oficinas u otras herramientas y equipos de trabajo de otros trabajadores, cuando sea posible.
- Mantener prácticas regulares de limpieza, incluida la limpieza de rutina y la desinfección de superficies, equipos y otros elementos del entorno de trabajo.
- Desarrolle políticas y procedimientos para la pronta identificación y aislamiento de personas enfermas. Este es un paso crítico para proteger a los trabajadores, clientes, visitantes y otros en un lugar de trabajo. Los empleadores deben informar y alentar a los empleados a autocontrolarse para detectar signos y síntomas de COVID-19 si sospechan una posible exposición. Por tal razón, es imperativo desarrollar políticas y procedimientos para que los empleados informen cuando están enfermos o experimentan síntomas del virus. Para esto:
- Los empleadores deben desarrollar políticas y procedimientos para aislar de inmediato a las personas que tienen signos y / o síntomas de COVID-19, y capacitar a los trabajadores para implementarlos. Mueva a personas potencialmente infecciosas a un lugar alejado de trabajadores, clientes y otros visitantes. Aunque la mayoría de los sitios de trabajo no tienen salas de aislamiento específicas, las áreas designadas con puertas que se pueden cerrar pueden servir como salas de aislamiento hasta que las personas potencialmente enfermas puedan ser retiradas del lugar de trabajo.
- Tome medidas para limitar la propagación de las secreciones respiratorias de una persona que pueda tener COVID-19. Proporcione tapabocas y pídale a la persona que las use.
- Si es posible, aísle a las personas sospechosas de tener COVID-19 por separado de aquellas con casos confirmados del virus para evitar una mayor transmisión, particularmente en lugares de trabajo donde se realizan exámenes médicos o actividades de atención médica.
- Restrinja la cantidad de personal que ingresa a las áreas de aislamiento.
- Proteja a los trabajadores en contacto cercano con de una persona enferma o que tenga contacto prolongado / repetido con dichas personas mediante el uso de controles administrativos y de ingeniería adicionales, prácticas de trabajo seguras y EPP.
- Desarrolle, implemente y comunique sobre flexibilidad y protección en el lugar de trabajo
- Aliente activamente a los empleados enfermos a quedarse en casa.
- Asegúrese de que las políticas de licencia por enfermedad sean flexibles y consistentes con la guía de salud pública y que los empleados las conozcan
- Hable con las compañías que le prestan el servicio de empleados temporales sobre la importancia de que los empleados enfermos se queden en casa y aliéntelos a desarrollar políticas de licencia no punitivas.
- No obligue a la presentación de incapacidades médicas para los empleados que son aquejados con enfermedades respiratorias agudas para validar su enfermedad, ya que los consultorios y las instalaciones médicas pueden estar extremadamente ocupados.
- Mantenga políticas flexibles que permitan a los empleados quedarse en casa para cuidar a un familiar enfermo. Los empleadores deben ser conscientes de que es posible que más empleados deban quedarse en casa, más de lo habitual, para cuidar niños u otros familiares enfermos.
- Tenga en cuenta las inquietudes de los trabajadores sobre salarios, licencias, seguridad, salud y otros problemas que pueden surgir durante los brotes de enfermedades infecciosas. Proporcione capacitación, educación y material informativo adecuado, utilizable y apropiado sobre las funciones laborales esenciales para el negocio y la salud y seguridad de los trabajadores, incluidas las prácticas de higiene adecuadas y el uso de cualquier control en el lugar de trabajo (incluido el PPE).
- Trabaje con compañías de seguros y agencias de salud estatales y locales con el fin de proporcionar información veraz a los trabajadores y clientes sobre la atención médica en caso de contagio.
La guía, además, ofrece lineamientos a seguir para las áreas específicas que incluye controles y buenas prácticas para mantener seguros los sitios de trabajo.
Para más información y descarga de la guía completa visite: https://www.osha.gov/Publications/OSHA3990.pdf
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